“Nada real existe, nada irreal puede ser amenazado”

“El ego se disipa y desaparece cuando lo entregamos a las manos de Dios. Son heridas, no maldad, lo que tenemos“

Somos malos

Desde que somos pequeños, nos enseñaron que, si nos portábamos mal, nos estaba esperando un infierno donde un demonio con cuernos y tridente nos castigaría hasta el final de los tiempos.

Nos infringiría todo tipo de penurias, basadas en el mal que hubiéramos ocasionado en nuestro tiempo de vida.
Como todo tipo de historias arquetípicas, de la enseñanza que esta historia nos transmite a lo que recibimos en el colegio, en la iglesia y en casa, hay un tremendo abismo.
El único infierno es el que vivimos ahora.
Hemos creamos con nuestros pensamientos todo tipo de castigos y torturas.

No hace falta que ningún demonio venga a pincharnos.
Este demonio son nuestros pensamientos y podemos, mientras los alimentemos, quemarnos en el fuego del infierno.

El mal que ocasionamos es solo un error de visión. Si deshacemos ese error, podremos liberarnos y volver al paraíso.
Las tentaciones del Jardín del Edén son solo aquellas actitudes, hábitos y patrones que nos sacan del estado de felicidad.

Si quieres ser feliz, no es lógico que tengamos conductas (alimenticias, de relación, de pensamiento, etc.) contrarias al amor.
La tentación siempre está ahí acechando, pero pierde todo el poder cuando comprendes que no tiene ningún poder sobre ti cuando aceptas el amor en tu vida.
La única respuesta para poder devolver el cielo a tu mente es abrirte al amor.
Estamos heridos y huimos del dolor.

No aceptamos el dolor que conlleva un pensamiento erróneo y debido a ello, nos atacamos los unos a los otros.

El único infierno es el que vivimos ahora

El origen del cielo y el infierno

Existe un cuento sufí que nos muestra el origen del cielo y en infierno de una manera muy sencilla.

Un enorme y rudo samurái fue una vez a ver a un pequeño monje, con la esperanza de obtener los secretos del universo.

“Monje”, le dijo, en un tono de voz acostumbrado a la obediencia instantánea, “enséñame acerca del cielo y el infierno”.

El pequeño monje miró al poderoso guerrero en silencio.

Después de un momento, le espetó con desdén:

“¿Enseñarte a ti acerca del cielo y el infierno? No podría enseñarte acerca de nada.

Eres sucio, hueles mal, tu espada es rústica. Eres una desgracia, la vergüenza de los samuráis. ¡Fuera de mi vista! ¡No te soporto!

El samurái se enfureció. Su ira era tal que empezó a temblar.

Su rostro enrojeció, quedó mudo de furia. Rápidamente sacó su espada y la elevó por sobre su cabeza, amenazante, preparándose para asestarla al monje.

“Eso es el infierno”, dijo el pequeño monje suavemente.

El samurái se sintió sobrecogido. Estupefacto. ¡Qué compasión y sumisión la de este pequeño hombre que había ofrecido su vida para darle a él esta enseñanza sobre el infierno!

Lentamente bajó su espada, lleno de gratitud, y por razones que no pudo explicarse, su corazón se llenó repentinamente de paz.

“Y eso, es el cielo”, dijo el monje dulcemente.

El cielo y el infierno se encuentran solo en tus pensamientos.

Pero sólo tú puedes crear ese infierno cuando crees en ello.

Ese infierno no existe en realidad, la naturaleza de la mente es habitar en el cielo, es el amor lo que reestablecerá ese estado que te pertenece.

El cielo y el infierno existen solo en tus pensamientos

LAS HERRAMIENTAS DEL INFIERNO

“Los que entráis aquí, abandonad toda esperanza”

“Estamos tan golpeados, que no apreciamos las caricias”

En la Divina Comedia, Dante describe el infierno como un cono concéntrico invertido.

Estos círculos se van estrechando según se van intensificando los pecados y las almas se retuercen de dolor durante la eternidad.

Aún recuerdo el impacto que tuvo sobre mí este libro.

Me parecía aterradora la idea de que pudiera existir un lugar donde mi alma viviera atormentada para toda la eternidad.

Sin darme cuenta ya estaba viviendo mi escena de terror eterno dando cabida a diferentes estados de la mente.

Estados que no existen si tú no los creas o los crees, pero, al igual que en una pesadilla, puede sentirse de manera muy intensa y vivida.

Cuando dormimos, soñamos y esos sueños pueden hacernos sufrir, llorar, padecer y son creaciones de la mente.

Del mismo modo, en estado de vigilia, soñamos y esos sueños, nos causan mucho sufrimiento.

En mi experiencia personal, cada uno de estos círculos se iban estrechando y la creencia de estos círculos, han hecho de mi vida un auténtico infierno.

El miedo, la falta de amor en mí misma, la culpa, la ira, la inseguridad, la soberbia, el juicio y la gula.

El miedo es quizás el que permite que todos los demás tengan verdadera cabida en el infierno.

Con el miedo, he alimentado y he dado vida al resto de los círculos.

La única cosa que hemos venido a ser, es felices. Y precisamente esto es lo que más nos cuesta.

Pero  la naturaleza humana es curiosa, queremos ser saludables pero caemos constantemente en la tentación del sabor dulce en la boca y una vez que caemos, ya no podemos ponerle fin.

¿Cuál es la razón? Quizás una falta de compromiso con nuestro Yo futuro.

¿Cuál es tu compromiso con tu yo futuro? ¿Cuáles son los pequeños hábitos que te propones cambiar y no consigues mantener en el tiempo?

Es posible que te propongas cada lunes empezar a comer saludablemente, quizás leer más, ser más generoso, no hablarte tan mal a ti mismo, empezar a hacer ejercicio. Las pequeñas cosas son las que construyen tu yo futuro y de ahí la importancia de no perder de vista el objetivo, la meta o la situación ideal.

Así que te voy a pedir que te tomes un tiempo, unos minutos contigo mismo… ten a mano un cuaderno de bitácora que te ayude a dejar por escrito estos proyectos y compromisos contigo y escribe, ¿cómo es esa persona en la que te quieres convertir?

Puedes ayudarte con alguna de las sesiones de Mindfulness que dejamos grabadas y así conseguir un estado óptimo, para llevar a cabo esta importante tarea.

Cuando sabemos en quién nos queremos convertir, cuando sabemos la dirección que queremos tomar, es más fácil adoptar compromisos AHORA, porque el infierno existe en la contradicción, se encuentra en el no compromiso contigo mismo y con tu felicidad.

Recuerda que nos encanta saber de ti. Por favor, mándanos tus avances, tus preguntas, tus infiernos.

Estamos aquí ÚNICAMENTE para ayudarte y eso es nuestro compromiso con nuestro YO futuro.

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