Todos sabemos que a veces nos sentimos mal y otras bien.

Dependiendo de las circunstancias o de las personas que te vayas encontrando a lo largo de tu día, estas emociones pueden ir variando.

Las emociones parecen ser incontrolables, te sientes esclavo de las circunstancias y, según sean estas circunstancias, así será tu día y también la emoción dominante.

Te sientes una víctima y, esto, de alguna manera, te sirve de apoyo para justificarte por no llevar la vida que te gustaría.

Pero, ¿y si no fuera así y las circunstancias estuvieran de algún modo influidos por tu estado emocional? ¿Qué pasaría si fueras capaz de trabajar voluntariamente en tus emociones y mantener constante un nivel emocional?


Puedes hacer que tu emoción sea la que tú quieras que sea

Al igual que puedes elegir la ropa y los complementos que mejor se adaptan a ti, puedes también elegir la emoción con la que deseas mostrarte al mundo.

Sé que parece un poco loco. Estamos tan convencidos que las emociones son algo arbitrario y que no tienes el poder de elegir libremente que, dicho así, te puede resultar un tanto extraño.

Cuando tienes una emoción triste o depresiva, podrás comprobar como todo tu cuerpo adopta una posición acorde con dicho estado de ánimo.

También te darás cuenta de que los pensamientos que tienes en ese momento, son pensamientos que refuerzan dicho estado de ánimo con mensajes del tipo: “no valgo nada”, “todo me pasa a mí”, “la vida no me trata bien”…

Si observas esta vinculación, trabajando sobre tu cuerpo y sobre tus pensamientos, te será mucho más fácil modelar tus emociones.


“Mi enemigo me dijo: ‘Ama a tu enemigo’. Yo le obedecí y me amé a mí mismo”

Khalil Gibran

Lo cierto es que requiere de un trabajo y ser persistentes, cuando todos los días te enfocas en tener una actitud positiva ante la vida, si das gracias por lo que tienes, si aprendes a usar tu cuerpo y tus pensamientos, puedes ascender en tu escala emocional.

La escala emocional

Aunque no seas consciente, estás manteniendo una escala emocional.

Cada día es una repetición casi intacta del día anterior debido a que tiendes a repetir el 90% o el 95% de los pensamientos que tuviste ayer.

Si fueras capaz de pararte y escuchar tus pensamientos, te darías cuenta de que estos están condicionando tu estado de ánimo y que, en general, el 80% de los pensamientos que tienes, son negativos.

Tenemos el 95% de los pensamientos que tuvimos el día anterior y de ellos, el 80% son pensamientos negativos.

Cuando no te haces cargo de tus pensamientos y, por lo tanto, de tus emociones, estarás dejando que sea el inconsciente colectivo el que lleve las riendas. Y, francamente, pensamos mal, muy mal.

Cuando escuchamos las conversaciones que mantenemos, cuando atendemos la televisión, la prensa, cualquier comentario esporádico, te das cuenta de que, en la mayor parte de las conversaciones, nos quejamos, criticamos o hablamos de lo que nos parece malo.

Es fundamental que cojamos las riendas de nuestros pensamientos y emociones. En la medida en la que lo hagas, verás la repercusión e influencia que tendrán sobre tu vida.

¿Cómo están influyendo tus emociones en tu vida?

Mucho, tanto que el reflejo de tu vida es una consecuencia de tus emociones y pensamientos. Si esto te parece exagerado, sólo te diré que hagas la prueba.

No te voy a intentar convencer de que todo lo que te ocurre es responsabilidad de lo que hayas pensado o sentido anteriormente en tu vida, pero lo que sí te voy a decir es que tu capacidad de ver la vida, de aprovecharla y de ser feliz, es una consecuencia de tu modo de pensar y de sentir.

Creo que es importante diferenciar entre pensamientos, emociones y sensaciones, para saber de qué estamos hablando en este post.

Los pensamientos son ideas, imágenes y convicciones creados en la mente.

El pensamiento es la capacidad que tenemos las personas de crear ideas, representaciones y juicios de la realidad y están relacionados los unos con los otros.

Actúas y creas tu realidad en base a estos pensamientos, ya que dichos pensamientos crean una forma de vida que te ayuda a sentirte más seguro; es un instinto de supervivencia. La mente y los pensamientos lograrán distorsionar cualquier cosa para no asumir la responsabilidad.

Daniel Kahneman y Amos Tversky estudiaron el pensamiento heurístico, que son atajos mentales que utilizamos para simplificar la solución de problemas mentales.

Pero de este tema hablaremos más ampliamente en otro post; ahora lo más importante es que entiendas que tus pensamientos tienen a engañarte.

Así que, si eres de los que defienden que lo que piensas tiene algún valor, dependiendo de la calidad de este pensamiento, puede que no sea del todo así. Pero sigamos avanzando…

Si quieres cambiar un hábito, tienes que cambiar tus pensamientos

¿sabes cuál es tu nivel emocional?
El poder de los pensamientos

Cuando creamos un hábito, lo acompañamos de pensamientos que protegen dicho hábito.

Puede que sea un mal hábito a día de hoy. Para llevar a cabo algo que va en contra de nuestra salud, nuestros valores o nuestros propósitos, debe de existir un diálogo interior poderoso que nos convenza de lo contrario.

Así que, si queremos llevar a cabo cualquier cambio de hábito, tenemos que convertirnos en la persona que es capaz de disfrutar de ese nuevo hábito.

Por lo tanto, tenemos que cambiar nuestros pensamientos y creencias.

La fuerza de voluntad, es una forma de resistencia, es la aplicación de la fuerza, tan sólo desde el poder, desde el cambio interior, podemos llevar a cabo lo que sea.

Y esto solo puede ocurrir cambiando los pensamientos, reprogramando el subconsciente.

Existen métodos muy poderosos para trabajar sobre nuestros pensamientos, pero, en esta entrada, quiero que, primero, tomes nota de en que estado emocional te encuentras habitualmente.

¿Sabes cuál es tu estado emocional?

El estado emocional es el estado en el que habitualmente nos encontramos.

Hablando de hábitos, el estado emocional es también un hábito y tú le llamas carácter.

Al igual que cada mañana te duchas y eliges tu ropa, puedes depurar tu mente y ponerle sus mejores galas.

Cuando nos sentimos mal, es que estamos pensando mal.

El saber cuál es tu nivel en la escala emocional puede servirte de guía y, con ello, ir trabajando para ascender sobre tu escala emocional.

Comenzamos desde el nivel más bajo de conciencia, los que están más conectados con el ego, hasta los estados más elevados.

  • Vergüenza – Todos hemos sentido vergüenza e incluso puede parecernos algo bueno, pero, en este estado, todos los pensamientos que rodean la emoción están relacionados con la supervivencia del ego y con una sensación de sentirnos pequeños e indefensos.
  • Culpa – Es una de las emociones más poderosas del ego desde la culpa, maneja totalmente nuestra voluntad.
  • Apatía – La característica es una sensación de perder totalmente la fe en ti mismo y en la vida. Eres una víctima y no hay nada que puedas hacer. Te sientes indefenso.
  • Dolor – El dolor emocional es un grado más que la apatía, sigues siendo una víctima indefensa, pero, al menos, hay una energía de enfado, injusticia que, de algún modo, te empodera. El dolor físico y emocional es una alerta que nos lleva a tomar acción.
  • Miedo – El miedo, aunque sea un nivel más alto que el dolor, puede dejarte atrapado. En el dolor hay salida, en el miedo podemos quedarnos mucho tiempo justificándonos con el miedo. Es cuando has creado en tu mente un mundo peligroso, inseguro; sigues siendo una víctima y crees que no tienes recursos.
  • Deseo – En el deseo existe mucha confusión. El deseo es un estado de carencia. Las adicciones, el consumismo, la lujuria, son formas del deseo. Cuando establecemos un logro o una meta, no es el mismo tipo de deseo, todo dependerá de las emociones y sensaciones que te genere dicho deseo.
  • Ira – Cuando no aceptamos, cuando no vemos cumplidos nuestros deseos del ego, podemos ver que nuestro nivel emocional se encuentra en este estado. Si una persona se siente injustamente tratada, fácilmente se establecerá en este nivel de conciencia. Puede, al igual que el dolor, ser una sensación que te ayude a escalar en tus estados emocionales. Pero, si lo mantenemos, nos hará esclavos.
  • Orgullo – En el orgullo podemos pensar que estamos en niveles más elevados de conciencia, pero es falso. Fácilmente se confunde el orgullo con el empoderamiento. En el orgullo sigues protegiendo al ego, estás a la defensiva. En el orgullo nacen los radicalismos y fundamentalismos, la no aceptación del otro. Tiendes a ver las actitudes de los demás como un ataque frontal a tu persona.
  • Valentía – Este es la primera emoción que te empodera. Comenzamos a creer en nosotros mismos, empiezas a estar conectado con la creencia en ti mismo. Tienes ganas de crecer, de elevarte por encima de las creencias limitantes.
  • Neutralidad – Comienzas a convertirte en el junco. Observas sin juzgar, aceptas como un padre cuando observa a un hijo con un berrinche. Te sientes seguro y tu mirada es más generosa hacia los demás y hacia ti mismo. Hay una cierta ecuanimidad pero sin acción. Si no te andas con ojo, puedes acomodarte ahí.
  • Voluntad – Cuando en la neutralidad incorporamos la acción, te encuentras en la voluntad. Ya no te parece suficiente el observar, ahora quieres participar dando lo mejor de ti mismo. Te vuelves más organizado, disciplinado y comienzas a cuidar los detalles. El lema, dar lo máximo en lo mínimo que hago.
  • Aceptación – La aceptación, muy confundida en ocasiones con la resignación o con la neutralidad. Es cuando aceptas tu competencia, cuando te aceptas a ti mismo, cuando te haces responsable (que no culpable) de tu competencia. En este nivel, es cuando comienzas a querer cambiar tus patrones, tus conductas, tus creencias.
  • Razón – Es la razón del intelecto. Haces un uso de tus capacidades intelectuales. Ya se ha producido la aceptación de tu responsabilidad y usas tu mente para ser parte útil.
  • Amor – Otra emoción confundida habitualmente. El amor ya comienza a ser un estado elevado de conciencia. Cuando conectas con el amor, comienzas a entender que no existe nada que sobre o que falte. Es una forma de ver y de mirar. No juzgas, vives en un estado permanente de unión. Es un estado de gracia e inspiración. Todos hemos encontrado un estado de amor cuando estamos en contacto con la naturaleza, al escuchar una bella melodía, en una puesta de sol. Es una sensación de pertenencia, todo cobra un especial sentido. Te sientes guiado y comienza a existir una conexión real con tu voz interior.
  • Felicidad – Es un estado en el que cuesta mucho mantenerse. Cuando tenemos sensaciones placenteras, en ocasiones lo confundimos con la felicidad. Por esta razón decimos que la felicidad ocurre en pequeñas ocasiones en la vida. Pero, realmente, la felicidad es un estado de conciencia estable y permanente. Requiere de trabajo para establecer este nivel, no todo el mundo puede conseguirlo, pero tan solo por no saber que es accesible para todos. Cuando llegamos a este estado de conciencia, no son necesarias las metas, ya que el presente está dotado de todo lo que necesitas en este momento. Pero cuidado, no confundir con voluntad, aceptación o valentía, es una emoción mucho más elevada. Cuando te encuentras con personas que vibran en esta frecuencia, puede despertar tu inseguridad.

“Existe una clara evidencia de que las personas emocionalmente desarrolladas, es decir, las personas que gobiernan adecuadamente sus sentimientos, y asimismo saben interpretar y relacionarse efectivamente con los sentimientos de los demás, disfrutan de una situación ventajosa en todos los dominios de la vida, desde el noviazgo y las relaciones íntimas hasta la comprensión de las reglas tácitas que gobiernan el éxito en el seno de una organización. Las personas que han desarrollado adecuadamente las habilidades emocionales suelen sentirse más satisfechas, son más eficaces y más capaces de dominar los hábitos mentales que determinan la productividad.” Daniel Goleman

la escala emocional

Como trabajar en tu nivel de escala emocional

Existen muchos formas de ir trabajando y escalar por la guía emocional. El mindfulness, el pensamiento positivo, el trabajo corporal, la respiración, el modelaje…

Pero la herramienta fundamental es la constancia en la conciencia.

Como en cualquier otra disciplina académica, requiere de repetición, de estudio, de trabajo.

No es tanto el esfuerzo, pero sí estar alerta, consciente y usar todas las herramientas que tenemos a nuestra disposición.

Uno de los mejores modos es invertir tu tiempo y tus recursos en el crecimiento personal.

Con un trabajo adecuado, pasarás de estar en un nivel de supervivencia a aprender a vivir.

En Higea Nature y con la Psico Conciencia Transformacional, podemos ayudarte.

Nuestra misión es elevar nuestro nivel emocional ayudando a otros a hacerlo.

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